La objeción de conciencia en el ámbito sanitarioespecial referencia a la legislación ecuatoriana

  1. ALBA BERMÚDEZ, JUAN MANUEL
Dirigida por:
  1. Narciso Martínez Morán Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 08 de marzo de 2018

Tribunal:
  1. Rafael Junquera de Estéfani Presidente/a
  2. Iñigo de Miguel Beriain Secretario/a
  3. Marta María Albert Márquez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Cada vez es más común en nuestra sociedad hablar de los derechos del paciente y su importancia para recibir una atención médica de calidad y calidez cuando acude al sistema sanitario, pero resulta paradójico el poco tiempo que dedicamos a pensar en su contenido, alcance e implicación de estos derechos. Es por ello, que el consentimiento informado es el mecanismo ideal para lograr un mayor respeto por las decisiones y opiniones de los pacientes, así como para el pleno desarrollo de la personalidad, junto con la dignidad. De tal forma, que adaptar la información a las necesidades del paciente es sumamente necesario cuando se plantea una objeción de conciencia al tratamiento médico y especialmente, cuando hablamos de menores de edad. Es necesario erradicar el sistema paternalista tan implantado en el ámbito médico y potenciar al máximo la colaboración médico - paciente. De la misma manera, es imperioso evitar cualquier coacción en las decisiones del paciente y evitar la voluntariedad del mismo, al eludir de prácticas que tiendan a exagerar u ocultar información relevante. Por todo ello, es importante suministrar una información de calidad para conseguir una total comprensión por parte del paciente, y para ello, es necesario respetar su decisión, es decir, el principio de autonomía. En definitiva, la comprensión es esencialmente importante para que el paciente otorgue su consentimiento, caso contrario estaríamos ante un consentimiento viciado o carente de validez alguno Cualquier paciente tiene derecho a rechazar o aceptar un tratamiento propuesto por el médico tratante, incluso cuando dicho procedimiento sea científicamente favorable para recuperar su estado de salud. Asimismo, es cierto que la función de la medicina es curar/ sanar a las personas, sin embargo, sus funciones terminan cuando el paciente rechaza la atención médica aconsejada. Todos los pacientes que declinan un tratamiento médico no desean morir, pues precisamente acuden al hospital en busca de sanarse, más bien desean un tratamiento médico de alta calidad que se ajuste a su visión ideológica, religiosa o cultural. Es por ello, que entender los motivos del paciente para el rechazo a un tratamiento es vital para el respeto a la objeción de conciencia.