La dignidad humana más allá del antropocentrismo

  1. DE MIGUEL BEREAIN, IÑIGO
Zuzendaria:
  1. Antonio Casado da Rocha Zuzendaria
  2. Txetxu Ausín Díez Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea

Fecha de defensa: 2014(e)ko iraila-(a)k 23

Epaimahaia:
  1. Carlos María Romeo Casabona Presidentea
  2. Maria Victoria Iturralde Sesma Idazkaria
  3. Ana Rosa Martín Minguijón Kidea
  4. Armando Menéndez Viso Kidea
  5. Concha Roldán Panadero Kidea
Saila:
  1. Balioen Filosofia eta Gizarte Antropologia:

Mota: Tesia

Teseo: 117735 DIALNET

Laburpena

Durante siglos, la función práctica de la moral ha sido fundamentalmente responder a la pregunta ¿¿qué debemos hacer?¿.La filosofía moral (o teoría ética) surgió al descubrir que para responder adecuadamente a esa cuestión resulta necesario abordar otras dos que son anteriores a ella desde un punto de vista lógico: quién es el nosotros que actúa como sujeto omitido en la pregunta, esto es, el sujeto de la moral, y con respecto a qué o a quién nos planteamos ese deber de actuar adecuadamente, es decir cuál es su objeto. A partir del final de la Segunda Guerra Mundial, esta cuestión parecía definitivamente zanjada con el reconocimiento de la dignidad de todo ser humano realizado por la Declaración Universal de Derechos Humanos. Sin embargo, hace ya tiempo que algunas corrientes han puesto en duda tanto la utilidad como la consistencia real del concepto de dignidad humana, proponiendo la sustitución del modelo antropocentrista al que da lugar por otros diferentes, ya sean ecocentristas, biocentristas, sensocentristas o cualquier otro.El trabajo que ahora se presenta se halla dedicado, en primer lugar, a realizar una reflexión sobre el concepto de dignidad que permita entender su significado, de manera que sea posible utilizarlo de forma adecuada en la discusión bioética. Más allá de eso, intenta, en segundo lugar, analizar la consistencia tanto del antropocentrismo moral fundado sobre esta noción como de las alternativas que se le han presentado. Por fin, intenta superar algunas de las disfunciones de todos ellos, abogando por un modelo teórico que justifique la atribución de dignidad intrínseca a los agentes morales sin excluir la extensión de este valor hacia otros seres.