Sustentabilidad, democracia ecológica y participación

Resumen

La contaminación atmosférica, el cambio climático, la gestión integral de los residuos, etc. son, sin duda, cuestiones que preocupan cada vez más, tanto a los actores institucionales como a la sociedad civil. Casi nadie duda ya de la existencia de la crisis de la democracia, tampoco de una creciente crisis ecológica. El futuro planea gris sin la adopción de medidas y cambios drásticos. De eso también se han dado cuenta las instituciones internacionales que pretenden abordar el conflicto mediante tratados que sustenten el desarrollo sostenible. Parece que estos intentos siguen, sin embargo, sin dar un resultado satisfactorio, ya que el aumento de los conflictos socio- ambientales es cada vez más elevado. El futuro sustentable tiene muchos caminos y, desde luego, no todos son deseables. Parece que el escenario que produce la democracia es el mejor para hacer dicha transición, pero no cabe duda de que las salidas son variadas y complejas. En las siguientes líneas haremos un viaje desde los intentos primeros hasta las hipotéticas salidas que se vienen poniendo sobre la mesa en una crisis que hoy llena discursos, programas políticos y agendas electorales. Ante este escenario, la necesidad de una respuesta en clave ecológica, económica y políticamente democrática es urgente. En este sentido, este artículo abordará, primeramente, la relación entre la crisis ecológica y las dimensiones que se derivan del estudio de la democracia como sistema relacional entre actores y sujetos políticos. Posteriormente, procedemos a plantear las posibles salidas que frente al desastre ecológico en ciernes se están planteando (incluyendo, desde las más democráticas hasta las opciones más autoritarias). Por último, se cierra el ciclo afirmando que es la propia transición (necesaria pero no inevitable) hacia una verdadera democracia ecológica la oportunidad para salir del, aparente, callejón sin salida al que nos aboca el ecocidio.