Sense passar-se de la ratlla la normalització dels consums recreatius de drogues

  1. Martínez Oró, David Pere
Dirigida por:
  1. Joel Feliu Samuel-Lajeunesse Director/a
  2. Joan Pallarés Gómez Director/a

Universidad de defensa: Universitat Autònoma de Barcelona

Fecha de defensa: 05 de noviembre de 2013

Tribunal:
  1. Oriol Romaní Alfonso Presidente/a
  2. Aurelio Díaz Fernández Secretario/a
  3. Xabier Arana Berastegi Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La normalización de los consumos de drogas es un fenómeno sociocultural acaecido en los últimos veinte años en los países de la Europa Occidental. La normalización es tanto un proceso histórico como el actual escenario de los consumos de drogas. Después de la crisis de la heroína de los ochenta cambió el escenario de los consumos de drogas. Se difundieron los consumos de éxtasis, cocaína y cannabis en los contextos de fiesta entre jóvenes normalizados, donde los consumos sólo representaban un elemento secundario en su vida. Los nuevos consumos se desvincularon del mundo marginal de la heroína y comportaron consecuencias menos problemáticas. En estos últimos veinte años, los consumos han dejado de generar alarma y se ha producido un asentamiento cultural de los consumos, es decir, para las personas conocedoras del mundo de los consumos, drogarse en ciertos tiempos y contextos es un elemento funcional aceptado. El escenario actual es producto del proceso de la normalización, donde la gran mayoría de consumos son compatibles con las responsabilidades, generan pocos problemas y los consumidores se mantienen normalizados socialmente. Por tanto, la normalización es cada vez más acentuada y más si se tiene en cuenta que por cuestiones generacionales, cada vez hay más población adulta que se ha relacionado con las drogas de una manera satisfactoria. Resultado del proceso de normalización ha emergido el discurso de la normalización. Este delimita los consumos que se entienden como aceptables y normales y también los potencialmente problemáticos. Cada consumidor realiza una apropiación subjetiva del discurso de la normalización para consumir y evitar daños indeseados. A esta apropiación se le llamará el discurso de la regulación. La aceptabilidad o rechazo de los consumos es producto del discurso de la regulación que continuamente evalúa la funcionalidad de los consumos para obtener placer. Para entender los consumos como normales, el discurso de la regulación evalúa el contexto, el tiempo, la frecuencia, y las consecuencias que provocan. La imbricación de los elementos debe ser compatible con las responsabilidades del consumidor para mantenerse normalizado. Si el consumidor realiza consumos problemáticos del entorno le colgará la etiqueta de problemático y deberá modificarlos para mantener la normalidad. En el marco de la Sociedad de Consumo además del discurso de la regulación, la voluntad de mantenerse institucionalizado, permite que la gran mayoría de consumidores no desarrollen problemas. A pesar del proceso de la normalización, los consumos de drogas continúan remitiendo a estigma en diversos contextos formales (ámbito laboral, familiar ...), por eso los consumidores deben saber manejar este rasgo. La mayoría ante una interacción optan por una posición "ajustada", es decir, prefieren esconder la características de consumidor para evitar consecuencias negativas, aunque, consideran que la estigmatización es desproporcionada. Otros se ubican en la posición "autoestigmatitzada", a pesar de ser consumidores consideran que los consumos son negativos y es un rasgo desviado. Y los últimos, los "transformadores", mantienen un compromiso político para desestigmatizar los consumidores, consideran que los consumos son parte de la sociedad y que no se debe esconder la característica de consumidor. Se presentan en sociedad como consumidores a pesar de la posible estigmatización que pueden sufrir. Estos son los que más ayudan a la normalización social de los consumos de drogas. En el actual escenario de los consumos, las políticas de drogas continúan perseverando con el modelo prohibicionista. A pesar de la implementación de la reducción de riesgos y daños como práctica efectiva para abordar los consumos, las miradas normalizadoras hacia los consumos siguen siendo minoritarias. Por lo tanto, visto el actual escenario de normalización y normalidad de los consumidores la revisión de las políticas de drogas se hace necesaria.