Los feciales. Sacerdotes para la paz y para la guerra

  1. María Elena Torregaray Pagola 1
  1. 1 Universidad Politécnica de Valencia
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    Universidad Politécnica de Valencia

    Valencia, España

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Revista:
Desperta Ferro: Especiales

ISSN: 2255-4734

Año de publicación: 2022

Título del ejemplar: La legión romana (IX). Monarquía y República temprana

Número: 33

Páginas: 70-74

Tipo: Artículo

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Resumen

En el año 32 a. C. se celebró en Roma un ritual que, aparentemente, hacía mucho tiempo que no se veía en la ciudad. Octavio, el futuro emperador Augusto, asumió en persona el liderazgo de los sacerdotes feciales, el primitivo cuerpo diplomático romano, y, en un terreno preparado para ello arrojó una lanza para declarar la guerra a la reina Cleopatra de Egipto, y con ella, a Marco Antonio. Además de la sanción religiosa, las implicaciones políticas del gesto no se le escaparon a nadie, ya que el inicio de las hostilidades contra la soberana egipcia –obviamente una extranjera–, y, Marco Antonio, antiguo triunviro pero sobre todo un romano, podía ser visto por la sociedad de la época como una reanudación de las guerras civiles, que tanto estrés y zozobra habían causado a la población civil. La elección de una tradición pretendidamente arcaica para la declaración de guerra a los enemigos de Roma, tenía como objetivo subrayar que, en este caso, Cleopatra, a pesar de su relación con Marco Antonio, no dejaba de ser una soberana foránea, y, por lo tanto, la guerra que estaba a punto de emprenderse era una guerra justa en contra de una potencia extranjera.