Comportamiento antisocial, personalidad y madurez en adolescentes y jóvenes

  1. Wenger Amengual, Lorena Soledad
Dirigida por:
  1. Antonio Andrés Pueyo Director/a

Universidad de defensa: Universitat de Barcelona

Fecha de defensa: 19 de noviembre de 2018

Tribunal:
  1. Ana María Martín Rodríguez Presidente/a
  2. Santiago Redondo Illescas Secretario/a
  3. César San Juan Guillén Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 604318 DIALNET

Resumen

Uno de los mayores consensos dentro de la criminología es la relación edad - delito, la que describe un aumento significativo del comportamiento antisocial durante la etapa adolescente, el que, para la mayoría de los casos, tendrá un inicio abrupto, y que declinará hacia el inicio de la adultez. El inicio del comportamiento antisocial limitado a la adolescencia se ha vinculado a la denominada brecha de madurez o "maturity gap", brecha temporal entre el logro del total desarrollo de los adolescentes y el ejercicio de los roles sociales adultos, en donde los comportamientos antisocial son una forma de respuesta que permiten acceso a los beneficios de estatus social y privilegios adultos (p. ej. Galambos, Barker, & Tilton-Weaver, 2003; Moffitt, 1993). En años recientes la disminución del comportamiento antisocial se ha alargado hasta la adultez emergente, lo que podría estar relacionado con un "retraso" generacional en la conquista de la madurez y los roles adultos (p. ej. Matthews & Minton, 2017; Wensveen, Palmen, Blokland, & Meeus, 2017). Recientemente la madurez y su vinculación con el comportamiento antisocial ha resurgido a partir del trabajo del equipo de Steinberg (p. ej. Steinberg & Cauffman, 1996) en E.E.U.U, con importantes implicancias en el área de la Justicia Juvenil, sin embargo, en Hispanoamérica se ha investigado escasamente, y solo vinculado a adolescentes en contextos escolares. Por otro lado, en relación a la personalidad y el comportamiento antisocial, muchos estudios han descrito caracterizaciones de muestras antisociales, predicción de comportamientos antisociales y desistimiento a partir de la evaluación de rasgos de personalidad (p. ej. Blonigen, 2010; Jones, Miller, & Lynam, 2011; Le Corff & Toupin, 2010), sin embargo la mayoría de estos estudios se han realizo en muestras adultas y con tests que no han sido desarrollados para muestras adolescentes. A partir de lo anterior, se ha definido como objetivo general de esta tesis doctoral explorar la relación entre los rasgos de la personalidad, el comportamiento antisocial y la madurez psicosocial en dos muestras de adolescentes y adultos emergentes, una de tipo convencional y otra de justicia juvenil. Si bien los dos primeros temas se han trabajado tradicionalmente en contextos de estudios de justicia juvenil, el tema de la madurez ha sido menos trabajado, especialmente con muestras españolas. Además, para la evaluación de personalidad se introduce un instrumento poco conocido en el contexto cultural hispanohablante, denominado Inventario Jesness (JI-R; Jesness, 2003), el cuál fue diseñado para el trabajo en justicia juvenil, y se considera puede ser un aporte a futuro para el área de la psicología forense. Dentro de los principales resultados del estudio se pueden señalar la capacidad del JI-R para describir muestras con alto comportamiento antisocial a través de cinco de sus escalas (Desajuste Social, Valores Subculturales, Autismo, Agresividad-ira e Índice Asocial). Además, se observa que las escalas del JI-R correlacionan de acuerdo a lo teóricamente esperado con los rasgos de personalidad del Modelo de Cinco Factores, principalmente en torno a los rasgos Amabilidad, Responsabilidad y Estabilidad Emocional. En relación a la madurez psicosocial (evaluada a través del instrumento Maturity in Youth Assessment Scale - MAYAS), la muestra de justicia juvenil muestra una configuración de escalas que pueden indicar un perfil de "pseudomadurez", el que se asociaría a mayor riesgo en la toma de decisiones e involucramiento en comportamientos antisociales. Los hallazgos de este trabajo permiten fortalecer el conocimiento que se tiene del JI-R y su utilidad en población infractora, por medio de corroborar la existencia de una serie de escalas que diferencian de forma significativa entre niveles de comportamiento antisocial, además de dar mayor sustento a su interpretación desde la base del Modelo de Cinco Factores. Además, los resultados entregan indicadores iniciales a partir de las escalas del MAYAS, de su comportamiento en muestras de justicia juvenil, además de lo que podría describirse como un perfil de "pseudomadurez" relacionado a comportamientos de riesgo, lo que puede ser de utilidad en la práctica forense, tanto en contextos de justicia juvenil como en el área de prevención de conductas de riesgo, por ejemplo, desde contextos de protección de menores.