Suicidios en quito, ecuador. Etnografía de la muerte autoinfligida desde interpretaciones de la vida

  1. CAMPO ARÁUZ, ANA LORENA
Dirigida por:
  1. Virgínia Fons Renaudon Director/a

Universidad de defensa: Universitat Autònoma de Barcelona

Fecha de defensa: 18 de septiembre de 2018

Tribunal:
  1. Aurora González Echevarría Presidente/a
  2. Cristina Blanco Fernández de Valderrama Secretario/a
  3. Ernesto Colomo Magaña Vocal
  4. Leonardo Martín Dorony Saturno Vocal
  5. Oriol Ponsatí-Murlà Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 571036 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

El suicidio es un drama social que afecta a miles de sujetos alrededor del mundo. De acuerdo al informe de 2014 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se registran alrededor de 804.000 suicidios consumados, lo que significa una tasa anual mundial de 11,4% por cada 100.000 habitantes. La presente tesis ha sido desarrollada en Quito, capital de Ecuador. En este contexto el suicidio todavía no es tratado abiertamente por la sociedad, ni se ha tomado como problema para ser asumido desde políticas de Estado. Tampoco existe una tradición científica que estudie la situación. En Ecuador las muertes por suicidio en el año 2016 se han incrementado hasta el 10,39%, en comparación con las del 2015 (DINASED, 2016). Según los registros de la OMS (2014) la tasa de suicidios en este país es del 9,2% por cada 100.00 habitantes. ¿Pero qué hay más allá de esos datos fríos y duros? En el presente trabajo se presentarán algunos registros obtenidos para la investigación doctoral sobre maneras de interpretar y vivenciar distintos casos de muerte autoinfligida en la sociedad ecuatoriana, a través del registro de relatos provenientes de diversas fuentes: medios de comunicación, entidades gubernamentales, estadísticas nacionales, tradición artística-literaria, los expertos, la comunidad, los familiares y los mensajes de personas que han muerto por suicidio o han sobrevivido a intentos suicidas. En esta tesis se aborda el suicidio como proceso complejo de significación y no como un acto, lo que implica abrir la interpretación del fenómeno hacia un enfoque transdisciplinario, en el que la Antropología Social y Cultural contribuye etnografiando las distintas percepciones que tienen los actores sociales involucrados sobre la dinámica de la vida. En dicho proceso se visibiliza un fenómeno que desgarra la cotidianidad social, pues rompe la concepción de vida de diversas personas, quienes de repente se hallan implicadas con la muerte incomprendida. Los suicidas han dejado de vivir, pero no de existir. Se cuentan historias sobre sus últimos momentos, conectándolos con la biografía comunitaria e intentando dotar de sentido a un tipo de muerte “distinta”. Las similitudes y divergencias entre los relatos analizados dan cuenta de nociones de la vida y del contexto en mención, con sus símbolos, limitaciones y afectos.