La libertad de expresión que puede causar daño en el discurso públicola respuesta democrática
- Ramos González, Carlos Eduardo
- Francisco Javier Caballero Harriet Director/a
- Francisco Javier Ezquiaga Ganuzas Director/a
Universidad de defensa: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea
Fecha de defensa: 14 de enero de 2022
- Nicanor Ursua Lezaun Presidente/a
- Paula López Zamora Secretario/a
- Luis Mariano Negrón Portillo Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La libertad de expresión no es solo un derecho humano fundamental. Es también un elemento constitutivo de la democracia. Su ejercicio muchas veces conlleva enormes retos al Derecho Constitucional: conciliar el ejercicio del poder con el respeto a las libertades fundamentales. Las llamadas expresiones de odio, es decir, expresiones que pueden causar daño a otras personas o al Estado de Derecho mismo, constituyen hoy día la quintaesencia del reto permanente a la democracia.En esta tesis examinamos la forma en que el poder judicial de los Estados Unidos ha dado cauce a las controversias que ha debido dilucidar sobre estos conflictos. Así lo hacemos por ser este gobierno el único estado ¿liberal y democrático¿ que ha rehusado reconocer la necesidad de reprimir de alguna forma el ejercicio de estas expresiones de odio. Ofrecemos un método de adjudicación judicial que puede ser recogido por el poder judicial federal norteamericano sin abandonar su peculiar concepción del liberalismo. Es decir, la posibilidad real de que esta institución viabilice estas expresiones y desarrolle una doctrina que permita resolver conflictos sobre expresiones odiosas. Así lo hacemos analizando los fundamentos originales de esta filosofía política, su transformación por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos y su interacción con el derecho continental europeo anclado en ciertas decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.La investigación reflejará que en el fondo ambos estados de derecho, el liberal norteamericano y el estado social europeo, enfrentan un mismo problema humano y un mismo reto democrático. Es decir, entender la diferencia entre lo indigno que puede ser el individualismo y lo digno de proclamar la individualidad. Ello es así en tanto proteger la libertad de expresión implica propiciar su máximo espacio en la esfera pública. Sin este compromiso, se desvanece toda pretensión de mantener la democracia como un proyecto siempre en construcción.