Utilidad del estudio alergológico por microarrays en el diagnóstico y tratamiento de la esofagitis eosinofílica
- Alvarez Hodel, Alejandro
- Alicia Armentia Medina Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Valladolid
Fecha de defensa: 20 de diciembre de 2017
- Ana Almaraz Gómez Presidente/a
- Jorge Martínez Quesada Secretario/a
- Carmen Moreno Aguilar Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Las características demográficas de los paciente estudiados demostraron ser consistentes con las descritas en la literatura referente a la EEo1, siendo mucho mayor la prevalencia en hombres, y estando la edad promedio de los pacientes alrededor de los 35 años. El estudio por microarray demostró ser una herramienta más eficaz que el prick y la IgE específica para detectar alérgenos pertenecientes a un mayor número de fuentes alergénicas individuales en los pacientes con EEo. Como se ha expuesto anteriormente, la principal ventaja del microarray en esta patología consiste en la posibilidad de estudiar en un mismo tiempo un número muy elevado de posibles sensibilizaciones a alérgenos de orígenes muy diversos, obteniendo un perfil alergológico muy útil que sirve como guía para el manejo del paciente102. Esta orientación es de vital necesidad en una patología como la EEo, al no haber generalmente una relación clara de los síntomas con alimentos específicos, por lo que la selección de alérgenos a estudiar, cuyo número está muy limitado en el caso del prick y la IgE específica, es muy difícil y tiene altas probabilidades de ser menos eficaz para identificar los alérgenos relacionados con la fisiopatología de la enfermedad, como hemos visto en los pacientes estudiados. Esto puede explicar también al menos parcialmente el hecho de que en los pacientes polínicos el prick e incluso la IgE hayan tenido la capacidad de detectar un mayor número de positividades. En este tipo de pacientes, al haber una relación mucho más directa entre la exposición alergénica (geografía, épocas del año y recuentos de polen entre otras variables) y los síntomas, la historia clínica tiene una mayor capacidad de orientar la selección de las fuentes alergénicas a incluir.