Body dissatisfaction and perceived sociocultural pressuresgender and age differences

  1. Esnaola Etxaniz, Igor
  2. Rodríguez Fernández, Arantzazu
  3. Goñi Grandmontagne, Alfredo
Revista:
Salud mental

ISSN: 0185-3325

Año de publicación: 2010

Volumen: 33

Número: 1

Páginas: 21-30

Tipo: Artículo

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Resumen

Despierta gran interés teórico y social en nuestros días la identificación y medida de los factores que contribuyen al desarrollo de alteraciones de la imagen corporal y más concretamente al desarrollo de la insatisfacción corporal. El prototipo femenino de belleza dominante desde hace tres décadas en nuestra cultura propone una delgadez tan extrema que resulta no sólo inalcanzable, sino además muy poco saludable. El ideal masculino de belleza, por otro lado, demanda un cuerpo delgado, pero musculado, y éste ha adquirido gran importancia, por lo que con frecuencia se adoptan, a fin de mejorar la propia imagen, numerosas conductas peligrosas para la salud, como el consumo de esteroides, efedrina y dietas alimentarias dañinas. La imagen corporal, conformada por las autopercepciones físicas de cada persona, ha sido objeto de numerosas investigaciones durante las últimas décadas en relación con rasgos psicológicos tan importantes como la autoestima, la depresión, la ansiedad o los trastornos alimentarios y, muy en especial, con la insatisfacción corporal. Está comprobado que, en general, las mujeres manifiestan mayor insatisfacción corporal que los hombres en todas las épocas de su vida, desde la preadolescencia hasta la tercera edad, si bien las diferencias de sexo en la edad adulta y en la tercera edad son menores que en la adolescencia. Por otro lado, aun cuando la insatisfacción de las mujeres con su cuerpo tiende a mantenerse estable a lo largo de todo el ciclo vital, es digno de señalar que la importancia conferida a la apariencia física y, más en concreto, al tamaño y peso corporal, decrece con la edad. La presión sociocultural percibida aparece como principal causa de la insatisfacción corporal. Desde el enfoque sociocultural se señala, en concreto, a los medios masivos de comunicación, al entorno social próximo y a la familia como los tres elementos clave de dicha presión: cuanto más altos son los niveles de presión percibida con respecto a una imagen corporal idealizada, más se incrementa la preocupación por la imagen y por las estrategias de cambio corporal. La investigación previa ha prestado considerable atención a las diferencias de sexo y de edad en cuanto a la insatisfacción corporal, pero se echan en falta: a) conocimientos más precisos sobre la insatisfacción corporal de los hombres; b) una perspectiva comparativa de las diferencias de sexo tanto en insatisfacción corporal como en presión percibida a lo largo de las distintas etapas del ciclo vital; c) mayor información sobre las variaciones interpersonales en la relación entre la insatisfacción corporal y la presión sociocultural percibida, y d) una mejor comprensión de la naturaleza de las influencias socioculturales. Esta investigación trata de contribuir a la superación de estas carencias planteándose las siguientes hipótesis: 1) La insatisfacción corporal guarda estrecha relación con la presión sociocultural percibida; 2) las mujeres participantes, en todos los grupos de edad, muestran más insatisfacción corporal e indican sentirse más influidas por factores socioculturales que los hombres; 3) las diferencias de sexo (tanto en insatisfacción corporal como en presión sociocultural percibida) son mayores en los grupos de menor edad que en los de más edad; 4) el sexo resulta ser un mejor predictor de la insatisfacción corporal y de los influjos socioculturales percibidos que la edad. Participaron en el estudio 1259 personas: 627 adolescentes, 271 adultos jóvenes, 248 adultos y 112 sujetos mayores de 55 años, quienes respondieron el Eating Disorders Inventory–2 (EDI–2), de Garner, que permite identificar la insatisfacción corporal, así como el Cuestionario de Influencias sobre el Modelo Estético Corporal (CIMEC), de Toro, Salamero y Martínez–Mallén. Los resultados obtenidos proporcionan una visión más completa que la hasta ahora disponible acerca de las relaciones entre la insatisfacción corporal y la presión sociocultural percibida en las distintas etapas del ciclo vital: ambas variables guardan estrechos paralelismos; permiten, asimismo, identificar la población femenina joven como la más sensible a los problemas de insatisfacción corporal y de vulnerabilidad a la presión sociocultural, en tanto que el grupo de mujeres de más edad aparece como el que mejor sabe reaccionar ante los mismos. Por otro lado, han permitido identificar temáticas, especialmente dos, que merecen seguir investigándose: 1) aquí se han analizado diferencias de edad (que bien pueden representar diferencias generacionales afectadas por efectos de cohorte) y no cambios asociados con la edad, ya que las diferencias intergrupales observadas corresponden a personas de diferentes edades, pero cada uno de dichos grupos tiene además la misma edad en un mismo momento histórico; 2) es preciso seguir indagando sobre la presión diferencial que ejercen unos y otros factores socioculturales (tanto la presión percibida como datos objetivos de influencia a unos u otros factores), así como sobre los mecanismos psicológicos que permiten a unas personas afrontar mejor que otras estas presiones.