Carbón activoproducción, aplicación y reactivación

  1. Margarita Amado González
  2. Javier Sanchis Carbonell
  3. Javier García Castillo
  4. Mikel Bartolomé Quintano
  5. Julen Cabero García
  6. Antonio Alfonso García García
  7. Ricardo García Lechosa
Libro:
XXXIII Jornadas Técnicas de AEAS

Editorial: Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento

Año de publicación: 2015

Congreso: Jornadas Técnicas de AEAS (33. 2015. Burgos)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

La aparición de geosmina y metilisoborneol (MIB) al final de verano en el embalse de Santillana y la dificultad para eliminarlos del agua con una oxidación simple, hacen que la mejor solución sea instalar filtros de carbón activo. El carbón activo genera un decaimiento del tiempo de permanencia de las cloraminas residuales en el agua, por lo que se decidió buscar información para intentar solventar el problema. Este artículo es el resultado de estas pesquisas y de las investigaciones que se han realizado para completar la información obtenida. Se exponen las materias primas con las que se fabrica el carbón activo, los parámetros para determinar el momento idóneo de la reactivación, el efecto del carbón sobre las cloraminas residuales y las líneas de actuación para mitigar este efecto. Este trabajo se puede dividir en dos partes. Una primera que se centra en el carbón activo, su producción y regeneración, y una segunda parte que trata acerca de los efectos sobre la monocloramina residual. Estas pruebas se llevaron a cabo en la ETAP de Santillana a lo largo del 2014. Esta ETAP posee un volumen instalado de carbón activo de 2.500 m3 repartido en 12 filtros. La gestión de estos filtros se basa en desgastar una serie de filtros preferentemente y dejar el resto para posibles emergencias de sabor u olor en el agua. Esto nos permite tener en una misma instalación carbón activo con diferente grado de desgaste y con la misma calidad del agua pasando por ellos. A nivel de laboratorio se utilizó el método del DPD para determinar las monocloraminas residuales. Los resultados muestran una reducción media del 50% en el tiempo de permanencia de las monocloraminas en el agua tratada una vez ha sido filtrada por carbón activo. Se observa que la descomposición de la cloramina se produce en las primeras 24 horas, para luego estabilizarse a un ritmo de descomposición similar a si no hubiese filtros de carbón activo. También son factores muy importantes el grado de desgaste del carbón activo y la carrera de lavado de los mismos. La idea de higienizar los filtros para eliminar el biofilm y la materia orgánica, aunque dio buenos resultados y es viable, no es recomendable por la serie de inconvenientes que presenta, como son la formación de trihalometanos y la imposibilidad de realizar esta acción en toda la red de distribución. Los resultados obtenidos nos llevan a pensar que el culpable de la destrucción de monocloraminas en el agua tratada puede ser el biofilm o alguna sustancia que desprende éste. Este efecto indeseado se produce en las primeras 24 horas, para luego estabilizarse, lo que podría conducirnos a que el culpable sea alguna sustancia que desprende el biofilm y no éste en sí mismo.