Modernidad y tradición en la obra de Luis Peña Ganchegui

  1. Sangalli Uggeri, Mario
Libro:
I Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Vigencia de su pensamiento y obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso.
  1. Couceiro Núñez, Teresa (coord.)

Editorial: Fundación Alejandro de la Sota

ISBN: 978-84-697-0296-3

Año de publicación: 2014

Páginas: 894-905

Congreso: Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española (1. 2014. Madrid)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

Nacido en Oñate en 1926, y formado como arquitecto en Madrid, Luis Peña Ganchegui regresó al País Vasco con una misión: revertir en su país la educación recibida, recompensando con ello a los que con tanta ilusión se sacrificaron por él. Misión que se convertirá, con el tiempo, en la necesidad de aunar los dictados de la modernidad con las enseñanzas de la tradición, atendiendo a unas raíces cuya personal lectura, deudora de su admirado Pío Baroja, propiciará que aflore una nueva manera de hacer arquitectura en el País Vasco. Una deliberada reafirmación de sus orígenes acompañará al arquitecto vasco en su evolución, desde el espacio abstracto moderno (propio de sus primeros años de formación académica) hasta el lugar existencialista del organicismo (acorde a la inflexión revisionista del movimiento moderno). Una evolución que le llevará a formular un estilo propio, identificado con su tierra y sus orígenes, que se verá reflejado en su producción arquitectónica, que podemos contemplar como una suma de episodios de una misma investigación, en la que cada nuevo proyecto refleja aspectos importados de ensayos anteriores. Tras las primeras experiencias de finales de los años 50 (compartidas con Juan Manuel Encío), siguiendo los dictados del Movimiento Moderno, Peña sentirá pronto la necesidad de adaptar su arquitectura al carácter singular de los emplazamientos en los que interviene, contribuyendo con ella a la construcción del lugar. Esta necesidad, manifiesta desde sus primeras experiencias en Motrico, se verá acentuada tras su breve etapa de Arquitecto Municipal de San Sebastián, a partir de su intervención en la Plaza de la Trinidad, llevada a cabo en 1963. Precisamente el mismo año en que Jorge Oteiza publica su libro Quosque Tandem! Ensayo de interpretación estética del alma vasca, que defiende la existencia de un denominado estilo vasco en el que se refleja la especificidad cultural e histórica del pueblo vasco, que supuso el detonante del proceso de reconstrucción cultural y artística del País Vasco, apoyada en la creación de la Escuela Vasca de Arte Contemporáneo, en la que participaría activamente el propio Luis Peña, liderando la vertiente arquitectónica. La aproximación de Peña al medio en el que creció, lejos de plantearse con carácter superficial y anecdótico, siguiendo manifestaciones costumbristas o folclóricas, se produce buscando una conexión con soluciones universales, acordes con la modernidad. Mediante un elenco de elementos recurrentes en su obra (la articulación, la concepción estratificada de la envolvente, la continuidad entre fachada y cubierta, la unidad de material, el reduccionismo...), Peña Ganchegui llevará a cabo una revisión de los postulados modernos, persiguiendo sus mismos objetivos pero sin olvidar la enseñanza del pasado y las circunstancias propias de cada contexto. Esta actitud, que se ajusta a lo que más tarde será denominado regionalismo crítico, la aborda Peña incorporando soluciones vinculadas a la tradición cuyo resultado, a pesar de referirse al contenido y no a la forma, tiene igualmente connotaciones formales con lo vasco, al desarrollarse mediante un lenguaje sobrio y radical, coincidente con el de los artistas de su contexto. Palabras clave: Luis Peña Ganchegui, Tradición, Modernidad, Arquitectura Vasca, Regionalismo Critico.