Desarrollo de técnicas moleculares de alta precisión para la detección y cuantificación de especies patógenas de helicobacter en muestras ambientalesevidencia del potencial de transmisión de aguas y alimentos

Resumen

El género Helicobacter comprende 23 especies de bacterias microaerófilas. La especie más estudiada es Helicobacter pylori, responsable del 90% de las úlceras pépticas y relacionada estrechamente con el desarrollo de cáncer gástrico. También está cobrando importancia las especies Helicobacter pullorum y Helicobacter fennelliae por su reciente detección en humanos. Los mecanismos de transmisión de estos microorganismos no están totalmente determinados. Se ha detectado la presencia H.pylori en heces, agua de bebida, leche y vegetales, aunque es muy pocos casos se ha podido aislar. Se desconoce la vía de transmisión de H.pullorum y H.fennelliae. En este trabajo se han puesto a punto métodos de detección de Helicobacter spp., Helicobacter pylori, Helicobacter pullorum y Helicobacter fennelliae mediante PCR tradicional, PCR en tiempo real e hibridación in situ con sondas fluorescentes (FISH), para su aplicación en matrices ambientales y alimentarias. Se ha demostrado el potencial de los vegetales para actuar como vehículos de transmisión de H.pylori, a pesar de que en ninguna de las muestras comerciales analizadas se ha detectado el microorganismo. Tampoco se ha detectado H.pullorum en pollo. Se ha demostrado la presencia de bacterias del género Helicobacter en aguas de depuradora, el río, de acequia y de playa, y de la especie H.pylori en aguas de depuradora y acequia. Estudios experimentales han demostrado que, en condiciones de estrés ambiental, estos microorganismos pueden entrar en una fase viable pero no cultivable (VNC) en la que, a pesar de no poder ser recuperados, conservan distintas actividades metabólicas y expresan factores de virulencia. En este trabajo se han puesto a punto dos protocolos de detección de células viables de H.pylori. Uno de los métodos se basa en la detección de ARN mensajero como indicador de la viabilidad bacteriana. Se han probado varios genes como posibles marcadores, resultando