La disolución del pilar en la arquitectura moderna. Un proemio, siete mecanismos y un epílogo

  1. Díaz Segura, Alfonso
Dirigida por:
  1. Jorge Torres Cueco Director/a

Universidad de defensa: Universitat Politècnica de València

Fecha de defensa: 05 de julio de 2012

Tribunal:
  1. Juan Carlos Arnuncio Pastor Presidente/a
  2. Vicente Mas Llorens Secretario/a
  3. Joan Calduch Cervera Vocal
  4. Amadeo Ramos Carranza Vocal
  5. Manuel Íñiguez Villanueva Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 330613 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

Partiendo de entender la Arquitectura como un hecho material, se establece la importancia de la construcción en su definición formal, y se subraya la estructura como el sistema esencial para crear espacio y determinar su imagen. De modo que el espacio arquitectónico se entiende sólo desde su relación con la materia y su carácter ambivalente: racional y fenomenológico. La aplicación de los materiales procedentes de la industria durante el siglo XIX y principios del XX, fundamentalmente el acero, hormigón y vidrio, condujo a la reducción de las secciones y espesores de la construcción. De una parte se optimizaba la capacidad mecánica de los materiales estructurales, y de otra, se desmaterializaban los límites entre estancias y de éstas con el exterior. La suma de ambas circunstancias decantó la aparición de una nueva concepción espacial cuyas principales propiedades eran la continuidad y la fluidez. Los pesados muros del pasado se sustituyen por soportes puntuales y delgadas membranas que manifiestan la separación de los dos sistemas: el sustentante y el envolvente. La libertad para disponer los soportes y su desvinculación de los cerramientos y particiones, potenciaba la apertura y extensión del espacio, clarificaba la función de cada sistema y favorecía su especialización. Las posibilidades de afección sobre el lenguaje de la arquitectura moderna, derivadas de estos avances, fueron fundamentalmente dos: la expresión directa del orden estructural, practicada por algunos radicales holandeses, suizos, y por constructivistas soviéticos. Y la pérdida de todo carácter tectónico, que se detecta en la mayoría de los arquitectos que lideraron la modernidad, desde Gropius a Le Corbusier, o Mies van der Rohe. En ambas alternativas, la abstracción es la cualidad esencial que parece insuflar su condición moderna. En general, los elementos constructivos tradicionales se transforman en entidades carentes de corporeidad, y cuando la mantienen, no manifiestan su naturaleza. Lo