Tres modelos y un único finEl capital requerido de solvencia en el mercado asegurador

  1. Garayeta Bajo, Asier
  2. Iturricastillo Plazaola, Iván
  3. Peña Esteban, Joseba Iñaki de la
Libro:
Anales de economía aplicada 2014
  1. García Lizana, Antonio (coord.)
  2. Fernández Morales, Antonio (coord.)
  3. Podadera Rivera, Pablo (coord.)

Editorial: Asociación Española de Economía Aplicada, ASEPELT

Año de publicación: 2014

Páginas: 125-136

Congreso: ASEPELT España. Reunión anual (28. 2014. Málaga)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

La determinación del capital óptimo en las compañías de seguros es una constante alrededor de todo el mundo. En Europa, el proceso normativo conducente a la determinación del capital de solvencia requerido se regula a través de la directiva Solvencia II, la cual será de obligado cumplimiento a partir de Enero del 2016. Aunque previamente existían regulaciones nacionales para la determinación de este capital, se crea un nuevo marco para la integración de dichas regulaciones, cuyo objetivo es la armonización normativa y la protección del cliente asegurado. Dentro de Europa, Suiza ha llevado a cabo sus propias pruebas, los test de solvencia suizos (Swiss Solvency Test �SST-) para completar la regulación de la solvencia. Éstas son previas a Solvencia II, pero uno de sus objetivos declarados es que sea compatible con aquella. Por su parte EE.UU. también ha visto la necesidad de revisar su capital de solvencia basado en el riesgo (Risk Based Capital -RBC-), con la Iniciativa de Modernización de Solvencia (Solvency Modernization Initiative �SMI-) desarrollada por el National Association of Insurance Commissioners (NAIC) en agosto 2013. Con anterioridad se controlaba mediante simples ratios. Con lo anterior, el objetivo del presente trabajo es analizar cómo se determina el capital de solvencia requerido en tres de los principales modelos que en el mundo regulan la solvencia de las compañías aseguradoras. Además, para el caso norteamericano se realiza una comparación del SMI y la forma de cálculo previo a agosto de 2013. Una de las conclusiones relevantes es la tendencia en los tres modelos hacia el establecimiento común de un modelo razonablemente homogéneo y estándar para el cálculo del capital requerido basado en principios.