La agresión en niños y niñas de 7-8 años. Efectos interactivos de los estilos parentales, la ecología familiar y el temperamento. Un estudio exploratorio

  1. Ruiz Ortiz, Rosa María
Dirigida por:
  1. Paloma Braza Lloret Director/a
  2. María Rosario Carreras de Alba Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Cádiz

Fecha de defensa: 27 de septiembre de 2018

Tribunal:
  1. José Ramón Sánchez Martín Presidente/a
  2. José Manuel Muñoz Sánchez Secretario/a
  3. Carla Zappulla Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 568413 DIALNET

Resumen

Aunque la agresión ha sido considerada desde la perspectiva evolucionista como una conducta adaptativa, también es cierto que cuando esta conducta se lleva a cabo con frecuencia y se mantiene estable a lo largo del tiempo, se vincula con problemas de ajuste social e incluso de salud mental. Factores como la ecología familiar y los estilos educativos de los padres tienen un papel relevante en la explicación de esta trayectoria de riesgo social. Sin embargo, no todos los niños son igualmente sensibles a las influencias de estos factores familiares. El principal objetivo de este trabajo fue estudiar el efecto de los factores familiares (estilos parentales y ecología familiar) y el temperamento sobre la conducta agresiva en niños y niñas de 7 y 8 años. Asimismo nos interesó valorar si los individuos varían en su sensibilidad al efecto de los estilos parentales y a la ecología familiar dependiendo de su temperamento y sexo, y conocer cuál de los modelos teóricos propuestos en la literatura explican mejor estos efectos interactivos o moderadores (Diátesis-estrés, Susceptibilidad diferencial o Sensibilidad ventajosa). El modelo de Diátesis-estrés propone que los sujetos con una determinada característica de temperamento son más vulnerables a los efectos perjudiciales de los factores familiares adversos. El modelo de Susceptibilidad diferencial postula que los niños con una determinada característica de temperamento son más susceptibles “para lo bueno y para lo malo”, es decir, son más sensibles tanto a los efectos perjudiciales de los factores familiares adversos como a los efectos beneficiosos de los factores favorables. Finalmente, el modelo de Sensibilidad ventajosa señala que los sujetos con una determinada característica de temperamento son más sensibles pero solo a los efectos beneficiosos de los factores familiares favorables. La muestra de estudio estuvo formada por 203 sujetos, 96 niños (47.3%) y 107 niñas (52.7%), con un rango de edad de entre 87 y 100 meses (M= 92.42 meses; DT= 3.52), que cursaban 2º Educación Primaria en diferentes centros educativos de las localidades de Chiclana de la Frontera y Puerto Real (Cádiz, España). La ecología familiar que incluye estrés familiar, conflicto marital y estrés parental fue medida a través de la Escala de Estrés de Holmes y Rahe (SRRS), cumplimentada por los padres conjuntamente, y el Cuestionario de Conflicto de Pareja y la Escala de Estrés Parental (PSS), ambos cumplimentados por padre y madre separadamente. Para evaluar los estilos de crianza familiar, padres y madres informaron individualmente a través del Cuestionario de Estilos y Dimensiones Parentales (PSDQ) y la Escala de Sobreprotección (subescala de Anticipación a Resolución de Problemas, APS) que analiza el grado en que los padres y madres resuelven anticipadamente los problemas que sus hijos e hijas puedan encontrarse. El temperamento de los sujetos fue informado por los padres conjuntamente a través del Children Behavior Questionnaire (CBQ). La evaluación del comportamiento agresivo de los sujetos se llevó a cabo mediante un procedimiento de multi-informe (padres, profesores e iguales); para ello se emplearon el Peer Estimated Conflict Behavior (PECOBE) en el que los iguales informaron de la agresión de cada sujeto, y la subescala de agresión del Sistema de Evaluación de la Conducta de Niños y Adolescentes (BASC P-2/T-2) que fue informada por los padres y los profesores. Como estrategia analítica se llevaron a cabo análisis de regresión jerárquica múltiple siguiendo el procedimiento recomendado por Aiken y West (1991) y Lengua (2008). Para analizar a qué modelo teórico se ajustaban los efectos interactivos detectados se utilizaron las técnicas descritas por Roisman et al. (2012) y por Preacher, Curran, y Bauer, (2006) examinándose las regiones de significación (RoS) de la variable moderadora y de la variable predictora, así como el Índice de Proporción de la Interacción (PoI). Las figuras de los efectos interactivos detectados fueron realizadas mediante el programa web de acceso abierto desarrollado por Chris Fraley, disponible en http://www.yourpersonality.net/interaction/. Los resultados del presente estudio identificaron algunas características del temperamento, concretamente una baja afectividad negativa, un bajo control de esfuerzo y una alta surgencia/extraversión, que hacían a los sujetos más vulnerables (modelo de Diátesis-estrés) a los efectos de determinados estilos de crianza familiar sobre la agresión. Así, los sujetos con bajos niveles de afectividad negativa fueron más vulnerables que los demás a la influencia de la coerción e inconsistencia de la madre sobre la agresión que exhibían en el contexto escolar. Las niñas con bajo control de esfuerzo fueron, también, más vulnerables que el resto de los sujetos a la influencia de la coerción de la madre sobre su agresión en el contexto escolar. Por su parte, los sujetos con altos niveles de surgencia/extraversión fueron más vulnerables a los efectos de una escasa anticipación materna sobre la agresión informada por los iguales. Finalmente, los niños (pero no las niñas) con altos niveles de surgencia/extraversión fueron más vulnerables que los demás a los efectos de la coerción del padre sobre la agresión en el contexto familiar. En segundo lugar, otras características del temperamento del sujeto como la alta afectividad negativa o la baja surgencia/extraversión funcionaron como marcadores de Susceptibilidad diferencial en relación a los efectos de la indulgencia del padre sobre la agresión. Así, en relación a la agresión informada por el profesor, los sujetos con alta afectividad negativa se vieron más perjudicados que los demás cuando el padre se mostraba muy indulgente; pero también se vieron más beneficiados que los demás cuando el padre no utilizaba un estilo indulgente. Esto mismo ocurrió con los sujetos con bajos niveles de surgencia/extraversión para el caso de la agresión informada por la familia. Por último, solo la baja afectividad negativa se mostró como una característica ventajosa para las niñas (aunque no para los niños) en relación a los efectos favorables de un contexto familiar con bajos niveles de conflicto marital sobre la agresión informada por la familia. Estos resultados se han discutido a la luz de la literaura existente hasta el momento. En general, nuestros resultados sugieren que la mediana infancia, especialmente al principio, podría ser una etapa de transición donde los diferentes rasgos de temperamento van cambiando a un ritmo diferente, pasando, progresivamente, de ser un marcador de Susceptibilidad diferencial (más común en las etapas inferiores) a ser un marcador de Diátesis-estrés (más propio de etapas posteriores). Además, en esta etapa de transición, el temperamento podría aún mantener su rol como moderador de las influencias familiares sobre el desarrollo de la agresión, pero solo cuando estas influencias alcanzan altos niveles de intensidad. De esta forma, es posible que, en la mediana infancia, el temperamento vaya evolucionando desde una función moderadora hacia un papel mediador en la relación entre el entorno familiar y la agresión.