Musealización e impacto cultural en las ciudades actuales de sus vestigios arqueológicos antiguosun estudio europeo

  1. Ruiz Jiménez, Jorge
Zuzendaria:
  1. Manuel Bendala Galán Zuzendaria
  2. Mikel Asensio Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 2012(e)ko martxoa-(a)k 05

Epaimahaia:
  1. Juan Blánquez Pérez Presidentea
  2. Agustin Azkarate Garai-Olaun Idazkaria
  3. Jean-Louis Luxen Kidea
  4. María del Pilar Caldera de Castro Kidea
  5. Mario Carretero Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

Fragmentarios y frágiles, los vestigios arqueológicos son testigos de la incansable y cambiante actividad humana en la ciudad, escenario privilegiado de su poder transformador a lo largo de la historia. La musealización de los vestigios arqueológicos constituye una problemática estrechamente imbricada en la ciudad que los acoge, dependiendo y tomando parte en una serie de políticas modernas en torno al urbanismo, la ordenación del territorio, la integración económica y la participación de la ciudadanía (como conjunto de ciudadanos y como actores participantes en el proceso de musealización), todo ello inscrito en un marco definido por esa palabra fetiche, casi mágica, a la que todos aspiramos como especie, como sociedad y como individuos, llamada desarrollo sostenible. Desde el punto de vista del urbanismo y de la ordenación del territorio, los yacimientos arqueológicos deberían ser tenidos más en cuenta en los planes generales de urbanismo de la mayoría de nuestras ciudades, especialmente las históricas, con el objetivo de crear un desarrollo armonioso y acorde con las necesidades de las mismas, inscribiéndose en una política de ordenación del territorio que los aprovechara como recurso activo. En el espinoso asunto de la integración económica, la gestión del patrimonio arqueológico debería contemplarse desde la perspectiva no de lastre presupuestario, sino de elemento motor de la política económica de la ciudad, una política que debe ser consciente de la fragilidad de estos recursos no renovables y del legítimo interés de la población hacia ellos. De hecho la vertebración de una política de desarrollo económico en torno al patrimonio cultural en general y el arqueológico en particular, integrada en una política general de desarrollo de la ciudad que tenga en cuenta múltiples factores como el medio ambiente, la cultura, el turismo, el transporte, las infraestructuras, etc, ha demostrado ya su pertinencia y rentabilidad en términos puramente económicos, más aún en términos sociales y culturales (De Varine, H, 2003). En cuanto a la participación ciudadana, vemos una tendencia paulatina a la extensión de políticas orientadas a asociar al ciudadano en la gestión de los bienes públicos, en este caso el patrimonio arqueológico, constituyendo una herramienta de gestión eficaz que favorece por un lado la prevención de conflictos y por otro la implicación del ciudadano. En este sentido los vestigios pueden vertebrar además el sentimiento identitario de los ciudadanos hacia su historia y su pasado, testigo del cual son los restos, creando unos vínculos de ida y vuelta entre éstos y la ciudadanía, potenciando el conocimiento, la sensibilización y por ende la protección de los vestigios (Appear research group, 2006). Todo ello orientado en función de un desarrollo sostenible, el gran desafío, no sólo en el ámbito patrimonial urbano sino en el global y universal, como habitantes de un Planeta que no deja de dar señales de alarma. En el ámbito que nos ocupa se trata de un concepto que intenta conciliar los valores patrimoniales de cultura, educación e identidad con los condicionantes de viabilidad económica y respeto al medio ambiente, natural y urbano, en un intento de transmitir este patrimonio a las generaciones futuras. Para los que deciden en esta materia el objetivo será crear un proyecto donde intereses divergentes tales como el desarrollo social y económico de la ciudad, la investigación arqueológica, la conservación de los vestigios y su acceso, tanto físico como intelectual, al público, puedan tener su lugar. La arqueología urbana ha ido tomando protagonismo en las ciudades históricas europeas desde el último tercio del siglo XX, momento en que se ha tomado conciencia de la posibilidad de que los vestigios del pasado, bien conservados e interpretados, puedan ofrecer posibilidades reales de desarrollo social y económico sostenibles para los centros urbanos. Asimismo debido a la estandarización que afecta a las ciudades, existe un creciente interés entre la ciudadanía europea por encontrar una identidad mucho más próxima a la cultura local de cada región y a la particularidad de cada ciudad. En este sentido el rápido crecimiento de la globalización coincide también con una particular forma de turismo, el ¿turismo cultural¿, que se desarrolla con especial intensidad en el ámbito urbano, y que sirve para revalorizar el patrimonio particular hasta ahora olvidado. No obstante este patrimonio histórico, que ahora es económicamente valioso, está entrando en competencia con las infraestructuras de las metrópolis actuales (plazas de aparcamiento, instalaciones eléctricas, de gas y telefonía, cableado informático de última generación, nuevos edificios, plazas públicas, etc.). Todos estos elementos ayudan a crear los factores potenciales para que la ciudadanía vea en el patrimonio arqueológico un elemento clave para el desarrollo sostenible de las ciudades. Bien gestionados e interpretados, los yacimientos arqueológicos pueden ser una fuente racional de ingresos, así como una ocasión para mejorar la calidad de vida y la identidad local de la población, al originar oportunidades educativas y comerciales. De hecho, el surgimiento de proyectos de apertura al público de yacimientos arqueológicos de los últimos años constata este creciente interés, así como la responsabilidad de las autoridades locales hacia los temas de conservación y acceso público al patrimonio local. Como historiador con formación en arqueología y museología, muy sensibilizado con la democratización del acceso a la cultura, esta problemática tan actual resulta de gran interés ya que pone en relación áreas a las que he dedicado mucho tiempo y esfuerzo como la historia, el arte, la arqueología, la museología, la mediación cultural, los estudios de público en instituciones patrimoniales, en un trabajo con vocación europea e internacional. Porque ¿un museo es cada vez menos lo que tiene y cada vez más lo que hace¿ como se ha afirmado, es necesario que la idea de servicio a la sociedad, de adaptación de la cultura experta al mayor número de visitantes, cale de verdad en los círculos científicos y en la sociedad moderna, difundiendo con calidad unos conocimientos no desde la perspectiva de un ¿objeto de consumo¿ sino desde un genuino sentimiento identitario para que, de esta manera, los restos de culturas pretéritas dejen de ser patrimonio de élites educadas y pasen a ser vehículos de cultura, identidad, concordia y bienestar para todos. En el presente estudio vamos a tratar de, no sólo definir y acotar ambos conceptos (impacto cultural y evaluación de audiencias) junto al de musealización, sino también, y sobre todo, ver en qué medida se pueden cuantificar y medir estos impactos y si la herramienta utilizada para realizarlo puede constituir una opción factible para la medición de dichos impactos sobre cualquier yacimiento arqueológico en medio urbano. Éste es pues el objetivo central de la tesis doctoral. Tras una introducción de los temas centrales, musealización e impacto cultural, en el seno de la ciudad, el trabajo consta de 11 capítulos distribuidos en torno a tres ejes o partes fundamentales. La primera es teórica y constituye la base sobre la que se articula la tesis. La segunda lleva la carga empírica con la que se llega a los objetivos enunciados. Por último, la tercera condensa las conclusiones. La primera parte, teórica, se desarrolla en cuatro capítulos. El primero discurre en torno al concepto de musealización. En él realizamos una revisión de términos tales como musealización, museización, museificación, valorización, interpretación etc, en un intento de aclarar las posibles imprecisiones y confusiones que se tienen sobre ellos de cara al desarrollo posterior del trabajo. También se abordan los diferentes tipos de equipamientos en un intento por categorizarlos en función de sus objetivos interpretativos, características físicas y grado de musealización. Así mismo se abordan los diferentes modelos de intervención sobre vestigios arqueológicos en vista de su adecuación para la visita del público existentes, de los más antiguos a los más recientes. El segundo capítulo aborda conceptos, algunos muy recientes, de muy importante incidencia en la musealización de yacimientos y del patrimonio en general: el impacto cultural, la gestión de las audiencias, la percepción del patrimonio por parte de las mismas y los conceptos de aprendizaje formal e informal. El tercero, de contenido teórico-aplicado, se centra en la planificación y puesta en marcha de un proceso de musealización, sus etapas, partes, y se extiende en los proyectos museológico y museográfico de los equipamientos. Por último hacemos una incursión en torno a los modelos de planificación para la gestión de yacimientos arqueológicos en vías de musealización. Por último, el cuarto capítulo hace un breve repaso de prácticas recientes en numerosos proyectos de musealización de yacimientos europeos y españoles. La segunda parte viene configurada por seis capítulos que reúnen el trabajo empírico. El capítulo quinto se centra en el método de trabajo, es decir, la metodología genérica de los estudios de audiencias, especialmente la aplicada al conjunto de casos estudiados en este trabajo. Exponemos aquí los criterios de selección de los yacimientos elegidos para el estudio, los objetivos operativos que se pretenden medir, las herramientas utilizadas y el trabajo de campo que se ha seguido, desde la confección de las herramientas a los procedimientos de obtención y de análisis de datos. Los capítulos siguientes, del VI al IX, recogen los cuatro estudios de caso analizados, es decir, los cuatro yacimientos arqueológicos (en realidad siete) sobre los que se ha aplicado la metodología enunciada en el capítulo precedente: la Ruta de Caesaraugusta con sus cuatro enclaves (Foro, Puerto, Termas y Teatro), en Zaragoza; la Casa de Hippolytus en Alcalá de Henares, la Crypta Balbi en Roma, y la Domus des Bouquets en Périgüeux, Francia. Los cuatro siguen un esquema de análisis parecido: se comienza por una introducción histórica que incluye la crónica de las excavaciones y la musealización del yacimiento. Le sigue una descripción del mensaje, de la museografía y de los programas públicos y educativos con una valoración crítica parcial, y se termina con la exposición de los resultados del estudio de audiencias y una valoración crítica global. El capítulo X, último de esta segunda parte, recoge algunos de los análisis transversales complejos que pueden realizarse y que ilustran la riqueza de matices y de resultados que este tipo de estudios pueden ofrecer. Por último, el trabajo se completa con una tercera parte dedicada a las conclusiones que se pueden extraer del estudio, no sólo desde el punto de vista empírico, sino también desde el punto de vista teórico y metodológico. Finalmente se adjuntan unos anexos con todas las herramientas utilizadas en el estudio y un glosario de términos.