Vitoriapoder local y política simbólica durante el franquismo (1936-1975)
- María del Mar Larraza Micheltorena Director
- Santiago De Pablo Contreras Director
Defence university: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea
Fecha de defensa: 13 December 2012
- Antonio Rivera Blanco Chair
- Ludger Mees Secretary
- Peter Anderson Committee member
- Leyre Arrieta Alberdi Committee member
- Francisco Javier Caspistegui Gorasurreta Committee member
Type: Thesis
Abstract
El Ayuntamiento de Vitoria fue el primero que se constituyó en la España sublevada tras el golpe de Estado de julio de 1936 contra la Segunda República. Desde entonces y hasta 1949 diversas Comisiones Gestoras dirigieron la política municipal de la capital alavesa. Los alcaldes y gestores ¿cuya procedencia ideológica se analiza en la tesis¿ eran nombrados directamente por el gobernador civil, la institución franquista más importante a nivel provincial. Desde un primer momento, las autoridades iniciaron una progresiva conquista del espacio publico a favor de la `causa nacional¿, de modo que fueron muy variadas las intervenciones municipales en el terreno simbólico (nombres de calles, homenajes y exaltación del régimen en general.En noviembre de 1948 se celebraron las primeras elecciones municipales de la `democracia orgánica¿, que permitían la elección de los concejales por el sistema de tercios. Gonzalo Lacalle (1951-1957) y su sucesor Luis Ibarra (1957-1966) fueron los alcaldes más destacados de esta segunda etapa, puesto que impulsaron la industrialización de Vitoria. En esta época la ciudad creció y se crearon nuevas calles, cuyas denominaciones tienen un fuerte carácter simbólico. Sus sucesores continuaron esa labor a favor del crecimiento de Vitoria. Pese a que el régimen continuaba legitimándose por la victoria en la Guerra Civil, ya en la década de 1970 se produjeron importantes cambios sociales que favorecieron el progresivo desenganche respecto al régimen, por parte de la mayoría de la población. El interés por los asuntos sociales se advirtió en las elecciones municipales `orgánicas¿ que tuvieron lugar en la década de 1970, en una ciudad muy diferente a la que fue testigo del golpe de Estado de 1936.