Hacia el encuentro de mi anthropos: la muerte, dinamo estructural de la vida

  1. García Orellán, Rosa
Dirigida por:
  1. Joxe Martín Apalategi Begiristain Director/a

Universidad de defensa: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea

Fecha de defensa: 07 de mayo de 2001

Tribunal:
  1. Ma. Jesús Buxó Rey Presidente/a
  2. José Miguel Apaolaza Beraza Secretario/a
  3. José Estevez Rodriguez Vocal
  4. Marcial Gondar Portasany Vocal
  5. Xosé Manuel González Reboredo Vocal
Departamento:
  1. Filosofía de los Valores y Antropología Social

Tipo: Tesis

Teseo: 83879 DIALNET lock_openADDI editor

Resumen

El mundo de las representaciones mentales respecto a la enfermedad y a la muerte es el eje de esta tesis. En ella abordo un estudio comparativo de dos culturas: la vasca y la gallega, donde trataré una gran variedad de comportamientos culturales, finalizando con reflexiones sobre los silencios instaurados en el momento de realizar esta investigación (1998 y 1999). El estudio es intergeneracional, el cual nos permite ver la transmisión de aquellos elementos que son activados y los que son silenciados de una generación a otra a lo largo de todo el siglo veinte. Ello nos posibilita tener una visión de conjunto sobre el cambio que se ha producido en la simbolización de la muerte. En el desarrollo de la tesis, muestro un diálogo constante entre lo individual y lo social, manifestándose sobre todo los procesos tradicionales de curación y reflexiones sobre la muerte, todo ello profundizado desde los arquetipos de la inmortalidad y del milagro. Con relación a la enfermedad, todas las acciones simbólicas que desarrollo me llevan a la conclusión de que somos seres simbólicos por excelencia. Nuestra capacidad de representar y proyectar, mediante la creencia, partiendo de la propia persona, permite la entrada de realidades en las que, como aquí describo, se transmuta en el cuerpo físico el paso de la enfermedad a la salud, sin necesidad de "entrar" en la enfermedad, sino "invitándola" a salir del cuerpo. Siempre dentro del campo de mi investigación, respecto a la muerte, en el contexto cultural vasco veremos comportamientos vigentes hasta la década de los años mil novecientos setenta. La mujer de la casa (etxekoandre) no iba al entierro y sí, en cambio, lo hacían los hombres de la misma Sin embargo, las almas errantes (Compaña), han dejado una impronta en la mentalidad gallega, donde los difuntos de la casa no están solos, se hallan junto a los de su parroquia, de aquí la comunicación con ellos en el cementerio así como la petición colectiva del sufragio con los "Autos". El estudio de la memoria colectiva, en el contexto vasco se sustenta en una síntesis original del Ethos vasco: Enterrar es al hombre como el activar la memoria del difunto en casa es a la mujer. Así se manifiesta en la familia de Aitor Zabaleta, el padre reclama justicia, y la madre es quien lleva el hijo a su casa constituyendo la casa el lugar por excelencia donde se simboliza la permanencia del difunto, manifestándose de este modo el substrato de la síntesis original, casa-panteón, de la memoria colectiva vasca. En el contexto cultural gallego, en este fin de siglo veinte, la casa es el lugar premonitorio por excelencia, pero la permanencia del difunto se halla básicamente en la parroquia, manifestándose de este modo el substrato de la síntesis original parroquia-Compaña de la memoria colectiva gallega. Respecto a la simbolización de la muerte, en este fin de siglo, ha pasado del diálogo colectivo de la misma donde existía una fuerte comunicación entre vivos y muertos, a un drenaje individual donde se silencia dicha comunicación en el colectivo y se ha reducido el tiempo de duelo. No obstante, el diálogo entre lo individual y lo social, pese a los silencios instaurados, sigue presente, es así como reflexionamos en esta exposición donde vemos como al final del siglo veinte seguimos dinamizando la vida en función de la "nueva" simbolización de la muerte.