La promesa de Afroditaun baile de identidades en la experiencia del amor
- JABAT TORRES, EDURNE
- Ignacio Sánchez de la Yncera Director/a
Universidad de defensa: Universidad Pública de Navarra
Fecha de defensa: 20 de diciembre de 2007
- Bernabé Sarabia Heydrich Presidente/a
- Iñaki Iriarte López Secretario/a
- Josetxo Beriain Vocal
- Rosa María Soriano Miras Vocal
- Fernando José García Selgas Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta investigación ha hecho de las relaciones de amor y deseo su objeto de estudio, partiendo del supuesto de que esas relaciones constituyen un espacio especialmente significativo para comprender el modo en que se produce y reproduce socialmente la diferencia sexual. El espacio del deseo sexual y del amor - bien como representación social o como relación más o menos institucionalizada-, con su intenso juego interpelativo, pueden ser lugares excepcionales para la resignificación sexual, la reafirmación de sexo y género. La obra de Michael Foucault y Judith Butler constituye el eje de este trabajo, ya que nos ayuda a pensar el sexo y el género no como esencias, sino como significaciones temporales y performativas que necesitan constante actualización. Así pues, se ha elaborado teóricamente el concepto sociológico de la atracción interpersonal y del amor, en su faceta de entramado intersubjetivo cuajado de interpelaciones cruzadas, de modo que ha resultado valioso para el conocimiento y análisis de la configuración de la identidad de género. Y es que la valía de este lugar reside, no sólo en su calidad de contexto para la puesta en escena de las identidades genéricas, sino que el amor es un concepto sumamente rico si se toma como tensor potencial de las posiciones sexuadas, en la dirección de una mayor diferenciación y mutua oposición identitaria. En esta línea, y utilizando el título de la canción de soul You make me feel like a natural woman, como una metáfora maestra de la performatividad identitaria del deseo, he analizado ocho entrevistas en profundidad a lo largo de las cuales hemos podido observar el modo en que se va configurando, en ese juego intersubjetivo, la imagen de sí y del sexo opuesto, pero también la propia construcción de la identidad de una relación de dos. Ese espacio relacional es especialmente interesante, si consideramos que ahí se elabora con intensidad el sentido de la otredad y de la mismidad, en un pulso paradójico por la construcción y la abolición de fronteras. Es en definitiva, donde salen a bailar las diferencias identitarias de género en busca de un encuentro o un pacto, de un entendimiento o de un intercambio. Pero, sobre todo, de una diferenciación mutua que actualiza tanto el sentido de la feminidad y la masculinidad así como su rotundidad carnal.