Eje hipotalamo hipofiso gonadal y sistema IGF-1 en la cirrosis hepática. Modificaciones tras el trasplante hepático

  1. Santos Mazo, Ruth Estefanía
Dirigée par:
  1. F. Javier Salvador Rodríguez Directeur/trice
  2. José Ignacio Herrero Santos Co-directeur/trice

Université de défendre: Universidad de Navarra

Fecha de defensa: 08 février 2016

Jury:
  1. Jorge Augusto Quiroga Vilas President
  2. José Ignacio Monreal Marquiegui Secrétaire
  3. Luis Castillo López Rapporteur
  4. Fernando Goñi Goicoechea Rapporteur
  5. Albert Lecube Torelló Rapporteur

Type: Thèses

Teseo: 121605 DIALNET

Résumé

La cirrosis hepática se asocia con hipogonadismo y déficit de IGF I entre otras alteraciones hormonales. Los ratones knockout para IGF-I presentan testes pequeños, asociados a una notable reducción en la concentración de testosterona. La administración de IGF I a ratas con cirrosis hepática y por lo tanto con atrofia testicular, revierte esta atrofia y tiende a normalizar el hipogonadismo bioquímico. El presente estudio consiste en realizar una evaluación completa del eje gonadal y de IGF I/IGFBP-3/IGFBP-1, entre otros parámetros, en 21 varones cirróticos en lista de espera del trasplante hepático antes y al mes, seis y doce meses tras el trasplante hepático, con la hipótesis de que la recuperación del sistema IGF y de la disfunción sexual tras el trasplante hepático en los varones están de algún modo relacionadas. La evaluación del eje gonadal incluyó la autocumplimentación del Indice Internacional de Función Eréctil (IIEF) y determinaciones de testosterona total (T), estradiol (E), SHBG, prolactina, FSH y LH. En nuestro estudio los pacientes con cirrosis muestran disfunción sexual acorde a la puntuación del IIEF desde estadios iniciales de la cirrosis hepática. Sin embargo, bioquímicamente de modo global no existe descenso de T y únicamente en Child Pugh (CP) C de testosterona biodisponible calculada (BioT). Las concentraciones de T y SHBG descienden a medida que avanza la disfunción hepática. Existe correlación entre la puntuación del IIEF y la concentración de T y BioT. Los pacientes de etiología enólica muestran mayor descenso de T. En cuanto a la concentración de IGF I e IGFBP-3, se encuentran por debajo del límite de la normalidad prácticamente en el 100% de los pacientes independientemente del estadio CP. No se objetiva aumento en IGFBP-1. Tras el trasplante hepático, existe una notable y precoz recuperación al mes de la puntuación del IIEF, asociado a un descenso de E y SHBG en este periodo. La concentración de T desciende el primer mes (en relación con el descenso de SHBG) para incrementarse en la evaluación tardía y la de BioT no muestra cambios en su concentración el primer mes aumentando posteriormente. En cuanto a la concentración de gonadotropinas, se objetiva un notable incremento sobre todo de FSH ya en el primer mes que persiste hasta la evaluación final y fundamentalmente en los pacientes con cirrosis enólica previa, posiblemente por el daño gonadal previo a la cirrosis. En cuanto al sistema IGF al mes del trasplante, el 88% y el 100% de los pacientes había normalizado la concentración de IGF I e IGFBP-3, respectivamente. La concentración de IGFBP-1 desciende notablemente en el primer mes y posteriormente permanece estable y existe correlación entre este descenso y el aumento de IGF I. De hecho algunos estudios sugieren un papel inhibidor de IGFBP-1 sobre la bioactividad de IGF I posiblemente modulando la concentración de IGFI libre a nivel tisular. Un hallazgo importante de este estudio es la presencia de un importante descenso de IGF I e IGFBP-3 en la cirrosis, acompañado de disfunción clínica sexual en estadios precoces sin alteración en las concentración de T pero con aumento de SHBG. Al mes del trasplante hepático se observa una normalización en las concentraciones de IGF e IGFBP-3 y una notable mejora de la función sexual desde el punto de vista clínico, mejorando los parámetros bioquímicos de función sexual de modo más tardío. Por lo tanto nuestros datos apoyan la hipótesis de que la normalización de IGF I contribuye en mayor o menor medida con la recuperación de la función gonadal tras el TH.