Futurismo italiano y fascismo paradigmáticoestética y política. Una convergencia problemática. Encuentro y desencuentro de dos fenómenos contradictorios (1909-1922)

  1. AURREKOECHEA JIMENEZ, AITOR
unter der Leitung von:
  1. Mikel Iriondo Aranguren Doktorvater/Doktormutter

Universität der Verteidigung: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea

Fecha de defensa: 18 von Dezember von 2015

Gericht:
  1. Francisca Pérez Carreño Präsident/in
  2. Josu Rekalde Izagirre Sekretär/in
  3. Imanol Agirre Arriaga Vocal

Art: Dissertation

Teseo: 443707 DIALNET lock_openADDI editor

Zusammenfassung

Atendiendo a sus respectivas génesis, tanto el futurismo italiano como el fascismo paradigmático se nutren de elementos, pulsiones y autores que les son comunes, produciéndose una convergencia entre ambos fenómenos. Sin embargo, tras esos elementos comunes que posibilitan su colaboración se esconden otros elementos que van a facilitar su pronto distanciamiento.En este trabajo mostramos cómo más allá de una retórica radical compartida, el futurismo que es un fenómeno moderno y el fascismo que hunde su mirada en el pasado glorioso del Imperio Romano, estaban condenados a transitar por senderos divergentes.La estética y la política aparecerán unidas, en lo que será la primera colaboración real entre un movimiento de procedencia artística como el futurismo y un fenómeno político que aspira a la toma del poder para imponer un régimen dictatorial.Mostraremos cómo el futurismo y el fascismo se separarán en la experiencia de Fiume.Fiume era una ciudad del Adriático que fue tomada por el poeta D¿Annunzio en 1920 y que se convirtió en un laboratorio donde el arte y la vida fueron de la mano. Esta experiencia estetizadora del mundo supuso la materialización de la idea de Artecracia (gobierno de los filósofos y de los artistas) que habían perseguido desde su fundación los futuristas italianos. Por el contrario, para Mussolini Fiume fue la demostración de que sólo un político de raza como él podría llevar a cabo la idea de colocar a Italia a la cabeza de los países desarrollados.