El proceso de deshumanización del morir en la literatura hispánica medieval

  1. Añua-Tejedor, Daniel
Dirigée par:
  1. Eukene Lacarra Lanz Directeur/trice

Université de défendre: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea

Fecha de defensa: 23 mars 2015

Jury:
  1. María Jesús Díez Garretas President
  2. José Javier Rodríguez Rodríguez Secrétaire
  3. Antonio Chas Aguión Rapporteur
  4. Ana Iriarte Goñi Rapporteur
  5. Josep Lluís Martos Sánchez Rapporteur
Département:
  1. Filología e Historia

Type: Thèses

Teseo: 118936 DIALNET lock_openADDI editor

Résumé

El momento de morir, es una experiencia general a todos los seres humanos e ¿independiente del hecho de que se sea aborigen de Australia, hindú, musulmán, creyente o ateo¿, así como independiente de la edad, del género y del nivel socio-económico, ya que es ¿un acontecimiento puramente humano¿ tan natural como el nacimiento ( Kübler-Ross 1996: 22).Hoy en día, hemos convertido el morir en una vivencia solitaria, mecánica, impersonal y deshumanizada, ya que, a menudo, el moribundo es arrebatado de su ambiente familiar para ser llevados a una sala de urgencias. Por tanto, hemos aumentado el sufrimiento emocional, aunque hayamos logrado disminuir el sufrimiento físico, ya que las necesidades del moribundo ¿no han cambiado a lo largo de los siglos, sólo nuestra capacidad para satisfacerlas¿ (Kübler-Ross 1993: 21 y 24).Siguiendo el devenir de textos de la literatura hispánica medieval se puede observar un proceso de deshumanización del morir desde la Alta Edad Media hasta el final de la Baja Edad Media. Un proceso en el que las necesidades del moribundo van dejándose de satisfacer; ya que se produce una notable evolución desde una vivencia de la muerte pública y organizada por el moribundo hacia una vivencia más privada y organizada por la Iglesia en el umbral del Renacimiento, con la consiguiente pérdida de control por parte del protagonista. Control que le garantizaría una buena muerte, una muerte humanizada.Además, la irrupción en el mundo de los vivos del purgatorio y de la confesión auricular de carácter secreto garantizan la intervención directa y exclusiva de los clérigos junto al lecho de muerte, haciendo que ese momento esté cada vez menos organizado por el moribundo y más organizado por los clérigos en detrimento también de la presencia de los allegados.Así mismo, es necesario destacar cómo la Iglesia y la sociedad van abandonando la paz de un juicio universal al final de los tiempos ¿en la Alta Edad Media¿ para soportar un juicio individual tras la muerte o incluso con anterioridad al óbito en el umbral del Renacimiento.